Las Bienaventuranzas



(Mateo 5,3-12).
Bienaventurados los pobres de espíritu,
porque de ellos es el Reino de los cielos.
Bienaventurados los que lloran,
porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los mansos
porque ellos poseerán la tierra.
Bienaventurados los hambrientos
y sedientos de Santidad,
porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos,
porque ellos conseguirán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón,
porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que trabajan por la paz,
porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos
a causa de la santidad,
porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados ustedes 
cuando los maldijeren
y persiguieren y dijeren, mintiendo,
todo mal contra ustedes por mi causa.
Alégrense, porque la recompensa de ustedes
será grande en los cielos.